Barbijos y/o tapabocas: higiene y uso correcto

El uso de barbijos (o tapabocas) junto al distanciamiento social y a la higiene de manos, constituyen las medidas de prevención y cuidado que ayudan a disminuir la velocidad de propagación del virus SARS-Cov2.

El barbijo casero constituye una excelente opción para el uso comunitario. El barbijo quirúrgico queda reservado para los trabajadores de la salud o quienes se encuentran en las primeras líneas de atención a la población. La OMS indica que las personas mayores de 60 años, o que padecen enfermedades crónicas, también se benefician con el uso de barbijos.

Además, indica que lo ideal es combinar las telas de manera tal que el barbijo tenga tres capas:

1) la de material más absorbente (algodón) del lado interno (más cerca de la boca).
2) el material que repele el agua (poliéster) hacia el exterior.
3) y al medio el material filtrante (polipropileno), que es el material que se utiliza en los barbijos quirúrgicos.

Uso del barbijo

El barbijo debe ser usado para concurrir a lugares público. No hace falta que los menores de 2 años los usen. Lo mismo sucede con aquellas personas que tengan dificultades para respirar o que estén incapacitadas para sacárselo sin ayuda.
Antes de colocarse el barbijo, es importante lavarse las manos con agua y jabón o con un desinfectante a base de alcohol. Es incorrecto usar el barbijo sin cubrir la nariz, dado que no cumple ninguna función de protección para uno mismo ni para los demás.

Higiene del barbijo casero

Durante nuestra circulación fuera del hogar es posible que toquemos con las manos superficies que puedan estar contaminadas con SARS-Cov2. Por este motivo, debemos siempre evitar tocarnos la cara y/o el barbijo con las manos cuando estemos fuera de casa.
Es importante que se lave el barbijo, al menos, una vez por día. Por ende, no es aconsejable usar el mismo barbijo durante varias horas seguidas. Se puede lavar con agua y jabón manualmente o en lavarropas.